Azul y otoño
Cada estación brinda sus oportunidades y colores.
El azul no es color propio de flores, al menos en climas mediterráneos, pero eso no significa que debamos renunciar a él. Basta con teñir los elementos, ya secos, que encontramos en la naturaleza, y hacer con ellos un centro.
Ramas, frutos de magnolio y planta del aire [tillandsia].
Ramas: fáciles de hallar, sirven las que encontramos en cualquier bosque, finas o gruesas. Cuanto más finas, más difícil de pintar. Es preferible hacerlo con pincel.
Frutos de magnolio: son parecidos en forma y tamaño a las piñas. Debemos estar atentos a los magnolios que nos crucemos y recoger los frutos. En este caso, proceden del jardín de unos amigos. Resulta más cómodo pintarlos con spray.
Planta del aire: debe su nombre a que los nutrientes que necesita los recoge del aire. Se tiñen con spray.
Una vez modificados todos los elementos con su nuevo color, colocamos las ramas en el recipiente [como si fueran el verde del centro], y después los adornamos con los frutos del magnolio y la planta del aire.
Para darle un toque más otoñal, podemos añadir un par de calabazas "customizadas".
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